Mario (2018) – Marcel Gisler

Titulo: Mario

Año: 2018

Director: Marcel Gisler

Protagonistas: Max HubacherAaron AltarasJessy Moravec

Sinopsis: Durante la temporada 2017/2018, Mario estaba a un paso de subir a primera división y, así, convertirse en la estrella del fútbol alemán que siempre quiso ser. Sin embargo, su sueño empezó a verse truncado cuando Leon llegó al equipo. El problema no era que fuese tan buen jugador como él y que en ocasiones no le dejara brillar en el césped, sino que se enamoraron. Un amor que se vieron obligados a vivir a escondidas porque entre las paredes del vestuario de su equipo la homosexualidad estaba más que condenada. Así que, si cualquiera se enteraba de la verdad de Mario, no había duda de que lo perdería todo, de que ser gay le vetaría la posibilidad de acabar siendo un gran futbolista

 

Hay quien se atreve a afirmar que la homofobia ya no existe pero aún hay sectores de la sociedad en los que se respira una homofobia que estaría encantada de privar de amor a las personas LGTBI. Y eso es lo que llevó a Gislert a hacer esta película sobre el romance y los contratiempos que viven dos jóvenes que son distintos a lo que el orden establecido les dijo que debían ser.

«Me pregunté: ‘¿por qué la homosexualidad sigue siendo un tabú en los deportes de élite, especialmente en el fútbol?’. En este mundo todavía hay muchas ideas conservadoras sobre la masculinidad y la homosexualidad», cuenta el director que, acto seguido, añade que con las dos horas de duración del filme no persigue más objetivo que «hablar de la falta de tolerancia y la exclusión que todavía existe en nuestra sociedad».

Prueba de ello es que mientras Gislert se documentaba para hacer Mario, escuchó por parte de clubes y entrenadores de fútbol comentarios como: «No tenemos ningún problema con la homosexualidad porque aquí no hay jugadores gais» o «¿Jugadores gais? Necesito hombres de verdad en mi equipo». Palabras propias de una mentalidad retrógrada que, inevitablemente, imposibilitan a futbolistas gais ser fieles a sus sentimientos

y, al mismo tiempo, seguir haciendo lo que más les gusta: jugar a fútbol.

Justamente esta actitud homófoba es la que Leon y Mario sufren en la película a partir de una infinidad de situaciones que nunca nadie debería vivir. Desde compañeros que hablan de ellos a sus espaldas, les chantajean y les denigran dejando, por ejemplo, un pene de plástico junto a la camiseta de Leon. Pasando por un club que les pide que oculten a toda costa su amor. Hasta padres que consideran que su relación es una bomba relojería capaz de cargarse sus carreras deportivas en cualquier momento. Y eso es algo que, por mucho que sea verdad, no justifica que su entorno no vea lo suyo por lo que es: amor.

 

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