Mason Ramsey, más conocido como Walmart Yodeling Kid,  saltó a la fama el pasado 2018 cuando una de las mayores estrellas de la televisión norteamericana, Ellen Degeneres, le invitó a su programa por el vídeo viral que le hizo  mundialmente famoso.

Según la RAE, viral es un mensaje o contenido que se difunde con gran rapidez por las redes sociales a través de Internet. En otras palabras, pasar del anonimato a la fama, por breve que sea, en cuestión de horas, aunque “sólo” sea en el mundo virtual de Internet.

El vídeo que protagonizó Mason y que, en cuestión de días, se convirtió en un fenómeno viral fue grabado en un centro comercial de la conocida cadena Walmart de Illinois en marzo de 2018. En la grabación se ve al joven Mason cantando Lovesick Blues de Hank Williams vestido como un cowboy.

Resultado de imagen de mason ramsey ellen

De repente, el Walmart Yodeling Kid, que tiene tantos fans como detractores o haters, estaba en todas las plataformas y redes sociales de Estados Unidos y, en menos de una semana era conocido globalmente, lo cual le llevó al plató de uno de los programas con mayor audiencia de Estados Unidos, The Ellen DeGeneres Show, gracias al cual varios artistas del Coachella Valley Music and Arts Festival, uno de los más relevantes del panorama musical actual, se pusieron en contacto con él para que participara en sus performances con ellos, entre los que destaca Post Malone, pero acabó actuando con  el DJ norteamericano Whethan.

Resultado de imagen de mason ramsey coachella

Poco después también surgió un remix del vídeo original; el remix consistía en una remezcla del audio del vídeo original con música electrónica, de una duración de un minuto y medio, que poco después sería sustituido por una versión de una hora. Ambos también cuentan con millones de visitas.

Después de su visita al programa de Ellen DeGeneres, Mason firmó con las discográficas Big Loud Records y Atlantic Records en 2018, con las cuales lanzó una versión de estudio de la canción que le llevó a la fama “Lovesick Blues” y, posteriormente, su primer EP, Famous, compuesto por 6 canciones, entre las que se encuentran sus singles “Lovesick Blues”, “Famous” y “The Way I See It”.

Mason Ramsey pasó de ser un niño normal de Illinois a una estrella mundial en cuestión de meses pero, igual que suele pasar en los efectos virales, su popularidad global subió a la misma velocidad que bajó.

Resultado de imagen de mason ramsey famous Resultado de imagen de mason ramsey ellen

Se podría decir que la magnitud del efecto viral es algo característico de esta generación, la rapidez y altos flujos de información hacen que cualquier meme esté en cuestión de horas en todo el mundo. Algunos de los antecedentes que llevaron al Yodeling Kid a lo más alto ya han caído en el olvido, pero en su momento era imposible obviarlos, especialmente en las redes sociales.  El primer vídeo que se hizo viral en Youtube por la stravaganza fue Gangnam Style de Psy hace 7 años. El baile se popularizó rápidamente alrededor del mundo y llegó a convertirse en el más reproducido de la historia de Youtube.

El Gangnam Style fue seguido por el Harlem Shake, otro viral que consistía en llenar una habitación de gente y pasar de la completa calma al caos en cuestión de segundos.

Entonces llegó el turno de Silentó con su Whip/Nae Nae en 2015 y, poco después se puso de moda el dabbing, un gesto de triunfo que sigue vigente hoy en día.

El caso del Walmart Yodeling Kid es el típico efecto viral de los últimos años: surge una fotografía o un vídeo de algo poco destacable, a una persona le hace gracia y lo comparte, el efecto dominó hace que llegue a ojos de alguien suficientemente relevante, con un gran número de seguidores que convierte ese producto audiovisual mediocre en un boom de visualizaciones que otorga a su protagonista unos minutos de fama, que si son usados sabiamente pueden llegar a convertirse en un medio de vida estable. Algunos ejemplos más que se han dado en los últimos años son el Backpack Kid, que acabó actuando con Katy Perry o, un ejemplo de la segunda opción sería el caso del conocido youtuber catalán Auronplay, quién se hizo viral en 2015 y supo aprovechar su popularidad para convertirse en lo que es hoy.

Resultado de imagen de backpack kid

Personalmente, los efectos virales, ya sean fotografías, vídeos o retos (como en su momento lo fue el In My Feelings Challenge), generalmente, no suelen parecerme interesantes o que merezcan tanta atención; hay algunos que intentan crear conciencia, como el Icebucket Challenge, cuyo objetivo era dar a conocer la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y en el que participaron artistas, deportistas, políticos,etc. aumentando así su viralización,  o el Trash Challenge, uno de los más recientes, que se basa en recoger basura de zonas naturales como playas o bosques y colgar la foto del antes y el después. Virales así, que promueven un cambio y la difusión de una causa social, deberían ser los más habituales. Pero no es así, en lugar de eso, se viraliza una imagen de un huevo cuyo único propósito es conseguir más “me gusta” que Kylie Jenner, o lanzar lonchas de queso a la cara de bebés y niños pequeños, como es el caso del Cheese Challenge.

Entiendo de dónde viene la viralidad, esa necesidad humana de formar parte de algo y falsa sensación de conexión con el resto del mundo. Además de la búsqueda incansable de los cinco minutos de fama, por los que mucha gente es capaz de arriesgar incluso su vida sin tener en cuenta que una de las características básicas del efecto viral es, en la grandísima mayoría de los casos, su efimeridad. El impacto de los virales cada vez es más corto porque es substituido por uno nuevo en pocas semanas. Los virales, además, también están caracterizados por, en general, ensalzar una figura careciente de talento tal y como es reconocido socialmente. Es decir, se da luz y voz a personajes que, aplicando un símil medieval, cumplen el papel de bufón.

Los efectos virales son una realidad que ha llegado para quedarse, y por graciosos que puedan ser, no podemos olvidar el propósito que hay detrás de cada uno de ellos y preguntarnos por qué ese en concreto y no otro  ha subido a lo más alto de las listas de reproducciones. ¿Qué tiene de especial? ¿Quién se lucra económicamente de que un niño que hace yodeling o que baila con una mochila a la espalda se haga viral? Hay algunos cuyas motivaciones para la viralización son muy evidentes: promocionar una nueva canción, una película o una exposición, como por ejemplo el caso del In My Feelings Challenge o la campaña que Ryan Reynolds realizó para promocionar la última película de Deadpool.

También hay que ser conscientes del peligro de los efectos virales, no todos son positivos y otorgan los 5 minuto de gloria que, si los aprovechas pueden resolverte la vida. En algunos casos la viralidad es usada para destruir la reputación de alguien que ya está en la cresta de la ola por algo que haya hecho o dicho en algún momento de su vida. Los usuarios de redes sociales lo llaman cancelar y algunos de los casos más recientes a nivel internacional son el del make up artist James Charles por su comportamiento y acoso a figuras públicas, Justin Bieber y J Balvin por dar apoyo a Chris Brown y describir el incidente con Rihanna como un pequeño error. Algunos casos a  nivel nacional son el de Dalasreview por sus múltiples polémicas, entre las que se encuentran una tumultuosa y pública ruptura con su ex novia y algunas acusaciones de abuso a menores y ciberacoso, las cuales  acabaron en los tribunales, y las influencers del dúo reivindicativo  Devermut,  por hacer comentarios transfóbicos.

Puede parecer una tontería que una polémica en el mundo virtual tenga cualquier tipo de repercusión en el mundo real, pero la verdad es que las marcas no pasan por alto estas cancelaciones y son muchas las figuras públicas que han perdido patrocinios y contratos a causa de la mala viralidad de alguno de sus actos. Un claro ejemplo de ello es David Suárez, el humorista fue despedido de su trabajo en la Cadena Ser tras el boom mediático que creó uno de sus twits, altamente inapropiado.   Las redes sociales son una ventana del mundo virtual, pero las personas que lo habitan son seres reales con poder real para llevar a alguien a lo más alto o acabar con su reputación y carrera en cuestión de días, es por eso que hay que ser siempre muy consciente del contenido, ya sean fotos, vídeos, audios o twits,  que se cuelga en las redes y del impacto y las repercusiones que este pueda tener, tanto para nosotros como para terceros. Los recordatorios de Facebook son una manera de enseñarnos que, a pesar de que nuestra memoria es limitada, en Internet todo queda, tanto los virales graciosos de un niño cantando en un supermercado como los twits fuera de lugar.

Bibliografía

(“Urban Dictionary: Walmart yodeling kid”, 2019)