Historia de Internet

El nacimiento de Internet se remonta a la década de los años 60. ARPANet (Advanced Research Projects Agency Network o Red de la Agencia para los Proyectos de Investigación Avanzada de los Estados Unidos) fue el principal impulsor de lo que ahora conocemos comúnmente como Internet. Era una red inicial de comunicaciones de alta velocidad donde fueron integrándose otras instituciones gubernamentales y redes académicas. La educación en los centros académicos mejoró exponencialmente al darse cuenta que podían consultar información vía red. Paralelamente, científicos y especialistas vieron la gran oportunidad que ofrecía el hecho de poder publicar dichos datos para que otros pudieran consultarlos.

Por otro lado, uno de los grandes intereses del colectivo relacionado con la informática era conseguir establecer una red entre ordenadores distintos. Para poder llevarlo a cabo, Lawrence Roberts conectó una computadora TX2 en Massachusetts con un Q-32 en California a través de una línea telefónica conmutada de baja velocidad, y consiguió crear la primera red de área amplia de la historia. Con el surgimiento en 1983 de los DNS gracias a los Internet Assigned Numbers Authority (IANA) que permitían la asignación de direcciones IP, el nacimiento de la NSFNET, la “primera red en árbol de Internet”, en 1986, y la creación de los protocolos OSI en la arquitectura de las telecomunicaciones de la red, pudimos ver nacer el primer cliente Web, conocido como WorldWideWeb (WWW), y el primer servidor web en 1990.

 

En 2006 un total de 2.270 millones de personas ya navegaban por la red, lo que equivale a un tercio de la población mundial. Sin embargo esta cifra se dispara a medida que pasa el tiempo, como es de esperar. Actualmente, en 2017, hay 3.773 millones de usuarios en Internet, lo que hace que la mitad del planeta esté conectado. De los siete millones y medio de habitantes en el mundo, un 66% usan teléfono móvil y un 34% lo usan activamente en las redes sociales. Las cifras son absolutamente astronómicas y aumentarán considerablemente año tras año. Se estima modestamente que en 2050 habrá 50.000 millones de dispositivos conectados a Internet. Y a pesar de las creencias comunes, estos dispositivos no necesitan ser inventados, pues ya se encuentran entre nosotros.

Internet de las cosas: el principio de una era

El concepto de Internet de las cosas fue ideado por Kevin Ashton en 1999. ¿Qué pasaría si los objetos cotidianos estuvieran cotidianos entre sí? Es una pregunta que a menudo se formulan los ingenieros informáticos durante la nueva era tecnológica. Y es que la definición exacta de IOT es la digitalización de los objetos cotidianos con Internet. Hace un par de décadas eso era prácticamente impensable teniendo en cuenta que ni siquiera un teléfono móvil existía tal como son ahora. Hoy en día, creer que pronto una lavadora sabrá que programa poner con determinada ropa -ya que esta tendrá conexión a Internet y así a un base de datos de información- no es estar loco. Sin embargo, en palabras textuales de Sanjay Sarma, prestigioso profesor de ingeniería mecánica y reconocido experto en la evolución de las tecnologías, “el Internet de las cosas llegará cuando nos olvidemos de él”. Uber, tal como recoge el portal “Retina” del periódico “El País”, es un claro ejemplo de IOT, pues metes tu smartphone en un coche, y este se convierte en un vehículo inteligente. Otro ejemplo muy claro es la producción en masa en fábricas: la maquinaria está interconectada y calcula los parámetros de temperatura, y los demás procesos, para que, por ejemplo, haya robots ensambladores y sepan cuándo tienen que actuar. Paralelamente, aunque no lo percibamos directamente, debido a que siempre ha estado presente, un semáforo realiza una clara función parecida a IOT y en algunas ciudades ya se están implantando dichas facultades de inteligencia artificial para que estos, junto a puentes, vías de tren e incluso cámaras, actúen de una forma u otra ante distintas situaciones.

Las facultades que puede aportar el IOT al periodismo son prácticamente infinitas. Desde cámaras robotizadas que graben o fotografíen objetos o sujetos en determinados momentos y podamos ser conscientes de ello con una absoluta inmediatez, hasta periódicos capaces de actualizarse automáticamente. Por otro lado, el periodismo de datos, el cual consiste en el análisis profundo de millones de datos digitalizados por softwares informáticos y convertir dicha información en artículos inteligibles para la audiencia, se ve reforzado con la tarea que realiza el IOT. En un artículo publicado en el portal ‘Dataconomy’, Hannah Augur especula que un futuro muy próximo podremos ver periodistas con gafas de Google. “Increíblemente esperpéntico, pero útil. El IoT permite a los individuos formar parte de narrativas periodísticas y compartir fácilmente historias inesperadas a un nivel muy profundo”, comenta la especialista. Asimismo, tanto en el artículo comentado como el portal ‘Simulyze’, entre otros miles, comentan la increíble respuesta que ha tenido el periodismo con la irrupción de los drones: “Los drones son únicos en el sentido de que pueden ofrecer distintas perspectivas visuales. Se pueden usar para explorar nuevas fronteras de información, más allá de las imágenes, a través de la recopilación de datos y la integración con tecnologías emergentes. Las ventajas del periodismo drone aún están surgiendo. Y a pesar de que todavía hay problemas legales y regulatorios importantes por abordar, es un campo que muestra un gran potencial”.

Es crucial comentar que todos estos campos comparten un mismo problema: la seguridad. En el caso de la ingeniería domótica, lógicamente, se acentúa. El IoT presenta un crítico problema por culpa de la vulnerabilidad de las contraseñas de los dispositivos. El cifrado y la encriptación de datos es una de las soluciones que estudian empresas de seguridad de IoT como ‘Eleven Paths’ o ‘Cisco’. “Cuando la información, tanto personal como empresarial, salta sin ningún tipo de filtro ni seguridad en la red, no existe segunda oportunidad”. Y es que el hecho de tener nuestros dispositivos cotidianos y electrodomésticos interconectados puede tener sus desventajas. Que nuestra nevera sepa qué tenemos que comprar en el supermercado y automáticamente encuentre las ofertas más baratas en nuestra ciudad es algo increíble. Sin embargo, un hack o un espionaje informático puede dar información personal a cualquier persona o entidad. Un teléfono, sin ir más lejos, contiene datos personales (webcam, conversaciones, micrófono, redes sociales, información confidencial y de acceso) y datos bancarios. “En cuanto a la seguridad el IoT se encuentra en pañales”, asegura Alberto Ruiz Rodas, ingeniero de ventas de la empresa Sophos. Esto se debe a la inexperiencia del usuario y al uso de protocolos inseguros por parte de las compañías distribuidoras de estos.

La revolución tecnológica del Internet of Things posibilitará que los contenidos periodísticos lleguen a la audiencia con una inmediatez muy distinta. La interacción del medio ambiente con Internet es inminente. Pronto no será necesario preguntar por la clave de seguridad WPA para acceder a la red, sino que las ciudades estarán permanentemente conectadas. Conseguir información, sobre todo multimedia, será la orden del día. Por otro lado, la narrativa periodística vendrá muy diversificada y enriquecida. Esto, en palabras del profesor Ramón Salaverría, significará “un gran desafío para el periodismo”.

El periodismo nació como una necesidad social, de expresión, de opinión. A medida que la tecnología avanzaba, se incorporaron nuevas herramientas para ofrecer información. Papel, radio, televisión, y actualmente teléfonos móviles y tablets son los reyes del periodismo. Tanto es así que cualquiera puede poner su pequeño granito de arena en la montaña de la información, hecho que a veces puede perjudicar la veracidad de los hechos. El contenido, con el IoT, va a ser prácticamente independiente de dichas plataformas. Esta información tendrá que ser repensada para poder introducirla en cualquier lugar de reproducción. ¿Qué significa esto? Los comportamientos del periodismo actualizado supondrán un gran reto, pues el hecho de pensar en formas desconocidas de presentar la información es complicado debido a la inexperiencia del campo.

Fuentes consultadas

 

Presentación:  https://docs.google.com/presentation/d/17bCtwccsulO_VBGwSvs7ncc64lz4QWakF-CtAdAlA2w/edit