“Si el siglo diecinueve fue el siglo de los imperios, y el veinte el de las naciones, el siglo veintiuno pertenece a las ciudades.Wellington E. Webb, 6 de abril de 2000.

La mitad de la población de todo el Mundo vive en ciudades, y los movimientos migratorios continúan inexorables hacia las ciudades alrededor de todo el planeta. Entre el año 1950 y 2011 la población urbana aumentó casi cinco veces. Las Naciones Unidas estiman que el 70% de la población mundial será urbanita en 2050. Vivimos en una era de adaptación constante, y las ciudades no escapan a esta realidad. El  futuro plantea una serie de cuestiones a resolver derivadas de este aumento de población; en esencia cómo atender a estos nuevos ciudadanos y a los que cohabitarán con ellos en dichas ciudades.

Las Smart Cities son a día de hoy una realidad que presenta una posible solución a esta situación.Una Smart City  focaliza sus áreas de acción en cuatro puntos clave:

  • Movilidad
  • Sostenibilidad Medioambiental y gestión de recursos
  • e-Salud
  • Gobernación

Potenciando y optimizando estos sectores se pretende hacer de la ciudad un espacio sostenible, eficiente y gracias a los avances, más habitable. Así como consolidar el crecimiento de la ciudad y permitir una evolución flexible y ordenada. Proporcionando a los ciudadanos servicios de mejor calidad y de manera más eficiente con un menor coste, de modo que se pueda lograr una administración sostenible. Finalmente se obtiene una visión integrada de todos los ámbitos de la ciudad, lo cual permite controlar todos aquellos factores necesarios para mejorar los servicios o implementar nuevos.

Hablamos de una ciudad que busca ser más respetuosa con el Medio Ambiente, implementando varias opciones de transporte público no contaminante. Una ciudad que busca brindar, mediante la tecnología, sencillos y eficaces medios de contacto entre el ciudadano medio y la administración de la ciudad. Una urbe capaz de procesar los datos generados por sus habitantes para mejorar los servicios públicos, siendo capaces de estar en contacto constante con el ciudadano para escucharle activamente, prever sus necesidades. Subsanar problemáticas diarias de la organización de una ciudad por ser más eficientes buscando soluciones a través de la tecnología.

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La sociedad hiperconectada en la que vivimos es la base de la consolidación de una Smart City.

Historia y Desarrollo 

Según Naciones Unidas, en torno al año 2050 en torno al setenta por ciento de la población residirá en ciudades, y por lo que respecta a Europa, las cifras marcan un ochenta por ciento de población urbanita en el año 2020. A lo largo de los últimos sesenta y un años, la población mundial residente en ciudades ha aumentado por cinco ocasiones. A tenor de los continuados movimientos migratorios a núcleos urbanos densamente poblados, las ciudades siempre han tenido que enfrentarse constantemente a nuevos retos de habitabilidad y convivencia. Pero es hoy día cuando las masificadas ciudades se enfrentan a retos de habitabilidad de grandes dimensiones dadas las grandes concentraciones de gente que a día de hoy viven en las grandes urbes del mundo. Una ciudad como Londres crece a ritmo de 100.000 personas anuales y genera 30.000 empleos en un año natural  ,por citar tan sólo un ejemplo de crecimiento y el reto que ello supone para sus gobernantes. Cuestiones como la seguridad ciudadana y vial, el respeto medioambiental al entorno, o la mejora de las condiciones de vida de los habitantes de la ciudad son aspectos que plantean continuamente nuevos desafíos que han de ser superados para una mejor convivencia. Una de las vías para dar solución a estos retos es la de las Smart Cities. Este concepto tiene una profunda conexión con la tecnología y se centra en sus aplicaciones prácticas en el día a día de la ciudad. Estas aplicaciones prácticas pueden suponer un considerable ahorro energético, e incluso generar energía no contaminante que abastezca a sectores enteros de una gran ciudad.

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Operarios colocando el nuevo sistema de alimentación eólica de las farolas de Málaga. Ayuntamiento de Málaga.

Para una correcta aplicación de este concepto de ciudad, es importantísimo detectar y definir claramente cuáles son los problemas y necesidades específicas de esta ciudad. Pese a que muchos de los problemas de las grandes ciudades son de índole común, cada ciudad es única así como lo son los habitantes. La prioridad de los gobernantes, que habrán de ser punta de lanza en proyectos como éste, es la de conocer de primera mano cuales son las necesidades que afronta su ciudad, y cómo evolucionarán estas cuestiones en un futuro, para así mediante un uso eficiente de la tecnología puedan verse resueltos o en menor medida paliados estos problemas.

Una vez analizadas las cuestiones que reclama la ciudad, será necesario determinar qué tipo de Smart City se quiere conseguir. Una ciudad con un inoperante sistema de abastecimiento eléctrico centrará más su mirada en potenciar sistemas de gestión eficiente de los recursos. Mientras que una ciudad con altos índices de criminalidad, buscará incrementar las medidas necesarias para prevenir la seguridad ciudadana. Por el contrario, una ciudad que cuente con un alto volumen de ciudadanos de la tercera edad priorizará las políticas de mejora de los servicios sociosanitarios.

En definitiva, hablamos de un modelo tecnológico-organizativo de la ciudad, que permita cubrir mejor aquellos servicios de los que la ciudad carece actualmente, o que puedan suponer un problema de habitabilidad en un futuro.

En dicho modelo encontramos tres actores principales, claves para el buen desarrollo de este proyecto:

Caudal económico privado y público: muchos de los recursos energéticos y de consumo que se proporcionan a las ciudades provienen de empresas privadas, su completa adhesión a un proyecto así asegura un caudal de capital muy necesario a la hora de acometer las tareas necesarias para esta transformación.”Podemos ayudar a las ciudades a que trabajen para conseguir una estabilidad económica“. Afirma Charbel Aoun,  vicepresidente de la empresa privada Smart Schneider Electric. Caudal que como no puede ser de otra forma también ha de proceder de la esfera pública, con la suma de ambos capitales, la ciudad y ambas partes saldrán beneficiadas de este proceso.

El tercer sector que ha de verse directamente implicado en este proyecto es la ciudadanía, que ha de contar con sus opiniones como usuarios directos de este futuro concepto de ciudad. La comunicación entre las administraciones y los ciudadanos ha de ser fluida y también constante.

La Publicidad en las Smart Cities

Asomarnos a la tecnología al servicio de la publicidad que está comenzando a usarse en Smart Cities es , y discúlpenme el cliché, asomarse al futuro mismo de la publicidad. La tecnología, mediante campos como el neuromárketing o la realidad virtual, servirá como gran herramienta en la publicidad para el nuevo terreno de juego que supondrán las Smart Cities. Algoritmos que permiten monitorizar el número de impactos reales, en tiempo real, conseguidos sobre los públicos viandantes. Así como también el tiempo de exposición a dichos impactos, e incluso cómo han reaccionado ante la publicidad gracias a sistemas de reconocimiento facial para medir al milímetro las impresiones de los potenciales clientes. Big Data recogido y procesado en tiempo real, para poder obtener datos que antaño era inviable captar mediante focus groups o las tradicionales encuestas.

La realidad virtual también augura ser de mucha utilidad a la hora de diseñar las piezas creativas interactivas del futuro.Las “smart-quesinas” han abierto nuevos horizontes para la innovación en acciones de street marketing. Paradas de transportes públicos con las últimas tecnologías audiovisuales en los que sorprender al viandante mediante vídeos que simulan el 3D. Estos vídeos integrados en el mobiliario urbano, conjuntamente con una buena campaña de street márketing puede convertir en virales acciones que cuenten con estos vanguardistas displays. De igual manera, este tipo de tecnología interactiva puede obrar además en beneficio del ciudadano, infomándole acerca de donde se encuentra la tienda anunciada más cercana gracias a poder consultar el mapa interactivo inserto en esa misma “smart-quesina“. De esta manera, la publicidad se integra aún más en el discurrir diario de sus espectadores.

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Secuencia de un vídeo viral centrado en una “smart-quesina” destinada a publicitar el F.C. Barcelona.

El móvil también será uno de los elementos clave en lo que a tecnología venidera se refiere. Los teléfonos actuales se han convertido ya en plataformas de descarga de Apps, videoconsolas portátiles, o cámaras capaces de rivalizar con cámaras amateur de alta gama, en definitiva, en centralitas móviles capaces de gestionar y alimentar el tiempo libre  y de ocio de sus usuarios. El procesamiento de datos a través de la geolocalización que permite Foursquare es un buen ejemplo de como una App puede acabar traduciéndose en beneficios directos derivados de una buena gestión de los datos que constantemente nos brindan los clientes a través de la interacción con un negocio.

Como se puede comprobar, la tecnología brinda el salto a la siguiente generación de la publicidad. En este caso, integrándose o bien con la ciudad, o directamente con el usuario en el caso de la tecnología móvil. La dependencia de gadgets cada vez más integrados en nuestra vida diaria, casi todos los nacidos tras 1980 están perfectamente familiarizados con Internet o el uso de un smartphone, hacen que la tecnología sea el medio ideal para transmitir los mensajes publicitarios. Las acciones de street marketing cobran una importancia capital, ya no hablamos de publicidad gráfica estática, si no que contamos con un amplio abanico de tecnología al servicio de la idea a transmitir. Transmisión que se realizará de forma dinámica, e interactiva, lo que capta la atención del usuario y potencial cliente de una manera mucho más potente que a través del visionado de un cartel convencional.

Conclusiones

Sin duda el concepto de la Smart City es una opción fiable a futuro si se dispone de la voluntad ciudadana y claro está del aporte económico necesario para acometer las reformas necesarias. Una vez comienza la inversión, la ciudad se hallará en un “círculo virtuoso”: Cuantas más mejoras se lleven a cabo en la ciudad, más calidad de vida tendrán los ciudadanos, ello lleva a la implementación de nuevos proyectos, lo cual implica más inversión y así sucesivamente. Ahí es donde entra también la publicidad, en una ciudad dinámica, con inversión y proyectos constantes, la comunicación publicitaria ascenderá a los estándares tecnológicos de una Smart City, conectando con los usuarios como no es capaz la publicidad convencional, ni casi tan siquiera la comunicación 2.0.

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Tecnología para conectar al ciudadano con la ciudad y sus procesos de gobierno diario, la base para una Smart City

Los beneficios de llevar a cabo de forma eficaz y eficiente un proyecto de Smart City acaban redundando en una mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos, lo cual se traduce en los siguientes aspectos positivos:

  • Movilidad- Transporte sostenible no contaminante. Fácil acceso al transporte público dado el volumen de opciones. Control inteligente del tráfico
  • Sociales- Mejora de la habitabilidad. Mejores condiciones sociosanitarias. Adecuación al turista y el acceso a la oferta cultural de la ciudad.
  • Gobernación- Transparencia en la gestión. Participación ciudadana.Gestión eficiente de recursos, reducción del gasto público.
  • Ambiental- Menos agresiones al medio natural. Predicción meteorológica y de alérgenos.

Referencias bibliográficas

“Reunión de los alcaldes estadounidenses para el progreso” Wellington Webb,E. (2000).[Recurso en línea:Consulta: 7/3/2016]

“Desafíos de una gobernanza abierta e innovación urbana” Aoun,Charbel.(2014)[Recurso en línea:Consulta: 7/3/2016]

“El Libro Blanco de las Smart Cities”.Varios autores. (2012). Madrid. Imprintia[Consulta: 5/3/2016]

“Hoja de Ruta para una Smart City”.    Cercle Tecnològic de Catalunya. (2012).Barcelona. [Recurso en línea:Consulta: 7/3/2016]

Asociación de Investigadores en eSalud de España (AIES) [Recurso en línea:Consulta: 7/3/2016]

“Diagnóstico de la Smart City”.Clara Camarasa. (2015). Revista Input, Nº2, 12-14.[Consulta: 5/3/2016]